martes, 1 de febrero de 2011

Zweig Arnold & Freud

Zweig Arnold (1887-1968) Escritor alemán





Como Stefan Zweig o Romain Rolland, Arnold Zweig mantuvo una rica cortespondencia con Sigmund Freud, en su caso entre 1927 y 1939. Allí podemos encontrar todo tipo de consideraciones sobre los acontecimientos políticos, el comunismo, la judeidad, el nazismo, la literatura. Además, los dos hombres abordaban libremente cuestiones concernientes al incesto y la homosexualidad, así como las dificultades con las que tropezaba el escritor en el curso de la cura psicoanalítica que realizaba en Berlín con un cierto doctor K., en razón de sus graves síntomas depresivos.

En 1968, en el momento de la publicación de esta correspondencia, Ernst Freud y Adam Zweig (el hijo de Arnold) decidieron suprimir veinticinco cartas consideradas demasiado confidenciales y no lo bastante "científicas" como para figurar en ese intercambio. Esta censura lleva a pensar en la que ha mutilado otras dos correspondencias de Freud: con Wilhelm Fliess y con Oskar Pfister. Como lo ha subrayado Marthe Robert (1914-1996) en el prefacio de la edición francesa, se trató en este caso de una censura realizada por dos hijos para "proteger" la vida "privada" de dos padres célebres: "Aquí, como siempre, el objeto del escándalo es evidentemente el análisis -no por cierto el análisis como bien incorporado desde hace mucho tiempo a la cultura, sino como experiencia personal, con todo lo que ello implica de indiscreto, efectivamente, y todo lo que cada vez pone en peligro en cuanto a las conveniencias y los prejuicios".

Arnold Zweig nació en Glogau, Silesia, en una familia judía. Su padre, primero talabartero, había adquirido una empresa de transporte de cargas, que proveía forraje y carbón al ejército. Una ola de antisemitismo trastornó su vida, y debió abandonar la ciudad para retomar su antiguo oficio. Esta experiencia marcó profundamente el destino del joven Arnold. Después de realizar estudios brillantes, fue movilizado y participó en la carnicería de la Gran Guerra; después se volvió hacia el sionismo y el pacifismo. En 1925 comenzó a dedicarse a la literatura, tomando como modelo a Thomas Mann y los grandes autores realistas del siglo XIX. Adquirió notoriedad después de la publicación, en 1927, de El caso del sargento Grischa, novela en la cual narraba la historia de un soldado ruso evadido y después condenado a muerte como espía por el estado mayor alemán, aunque en realidad era inocente. Zweig abordaba la cuestión quemante de los "fusilados para ejemplo".

Después de la toma del poder por el nacionalsocialismo, emigró a Palestina. Permaneció catorce años en Haifa, aunque multiplicando sus viajes; en uno de ellos, conoció en Nueva York a las grandes figuras de la emigración alemana. Esa vida en Palestina no le resultó tan satisfactoria como esperaba, y pronto sintió nostalgia de Berlín y la nación alemana, con la que se había identificado. Su novela De Vriendt kehrt heim ("De Vriendt está de vuelta") fue mal recibida por los ambientes intelectuales sionistas, que la consideraron escandalosa. Zweig realizaba en ella el relato del asesinato en Jerusalén, por un sionista radical, de Jacob Israel De Haan, escritor judío holandés, a la vez descreído, ortodoxo y homosexual, que había mantenido una relación amorosa con un joven árabe: "Para mí -le escribió a Freud- es una vieja historia. La figura de este ortodoxo que en sus poemas secretos maldecía a «Dios en Jerusalén» ... “ esta figura importante y complicada me fascinó cuando aún era de actualidad [ ... ]. Las tendencias homosexuales de este libro, que yo indico con un desagrado particular [.. . ] me llevaron en seguida a hacerme confesiones. Yo era los dos personajes al mismo tiempo, el joven árabe (semita) y el amante, el escritor a la vez ortodoxo e impío. Me temo que la remoción de estas cosas reprimidas sea la causa principal de mi depresión. Esto va un poco lejos, ¿no es así?..."

En 1948 Zweig se instaló en Berlín Este, se convirtió en diputado de la joven república socialista y sucedió a Heinrich Mann (1871-1950) en la presidencia de la Academia de las Artes. Se volvió entonces un escritor oficial, compañero de ruta del Partido Comunista, y recibió las más altas distinciones, entre ellas el premio Lenin, mientras se esforzaba, lo mismo que Anna Seghers (1900-1983) y Bertolt Brecht (1898-1956) por abrir el camino a una literatura específicamente germano-oriental.

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